8. Segunda familia (1939-1946)
De vuelta en Inglaterra despues de romper con Laura, Graves estuvo cerca de una crisis nerviosa. Pero entonces aparecio Beryl, que habia estado en America con ellos, le vino a ver, y se quedó con el hasta el final de sus días.
“Ella confiesa su amor mientras está medio dormida”
Ella confiesa su amor mientras está medio dormida
en las horas oscuras,
con medias palabras, en susurros:
mientras la tierra se mueve en su sueño invernal
y hace germinar a la hierba, a las flores
a pesar de la nieve
a pesar de la nieve que cae.
Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Graves tuvo que dejar de lado cualquier plan de regresar a Deià. Intentó alistarse pero era demasiado mayor para el servicio activo. Él, ya junto a Beryl, alquiló una casa en Galmpton, un pueblo pequeño de Devonshire, donde permanecieron hasta 1946. Sus tres primeros hijos nacieron allí, William en 1940, Lucía en 1943 y Juan en 1944. Después de las dificultades de aquellos años de posguerra en Oxford y las tensiones generadas por su relación con Laura, Robert había encontrado por fin la calma interior que necesitaba para escribir, y su recién descubierta felicidad inspiró algunos de sus mejores poemas de amor. Uno de los libros en prosa que escribió en Galmpton fue El vellocino de oro, una novela que requería un exhaustivo trabajo de investigación en el campo de la mitología griega; empezó a fascinarle la figura poderosa de la diosa del monte Pelión y en la novela Graves propone la existencia de una sociedad matriarcal preclásica. Pero interrumpió su trabajo sobre El vellocino de oro para buscar más evidencia de la adoración de la diosa dentro de la cultura occidental y su conexión con los poderes misteriosos de la inspiración poética; el resultado fue el primer borrador de La diosa blanca, entonces titulado The Roebuck in the Thicket, (El corzo en la espesura), la más importante manifestación poética de Graves.
Durante estos años prolíficos también escribió las novelas El sargento Lamb (en dos partes), La historia de Marie Powell, Rey Jesús, y dos libros de ensayo en colaboración con Alan Hodge The Long Week-end (El fin de semana largo) y The Reader Over your Shoulder (El lector a tu espalda). Los viejos amigos que se habían distanciado por culpa de Riding ahora empezaron a regresar, y Graves también pudo volver a establecer una relación con sus hijos mayores. Trágicamente, su hijo David murió en acción en Birmania en 1943, mientras servía en el antiguo batallón de su padre, luchando contra los japoneses.
Robert Graves escribió el primer borrador de La diosa blanca como en un trance, en tres semanas de febril aplicación, habiendo descubierto la presencia irrefutable del culto pre-cristiano a una deidad femenina en un poema medieval galés titulado La canción de Taliesin. A partir de allí pudo establecer que la triple-diosa lunar celta (triple porque representa las tres fases de la vida y lunar porque estas tres fases quedan simbolizadas por las tres fases de la luna)- y que se llamaba Brigit en Irlanda y Escocia, y Caridwen en Gales- era la misma diosa adorada por los griegos preclásicos como Leucotea, o Diosa Blanca, y la misma adorada por los antiguos escandinavos. Y no sólo eso. El libro teje una red, uniendo cabos sueltos y conectando con una coherencia impresionante, elementos dispares de las mitologías europeas pre-cristianas y la religión judeo-cristiana: calendarios, abecedarios secretos, poderes simbolizados por árboles, números, piedras o animales.
La existencia de la antigua diosa europea de cara “blanca como la del leproso”, que adopta numerosos nombres y apariencias y que se convirtió en la figura central de la obra poética de Robert Graves en la plenitud de su vida, era para él la respuesta al misterio de la inspiración poética y al propio tiempo a su persistente insatisfacción con la sociedad en que vivía. Graves expone y demuestra con repetidas referencias, que una nueva sociedad patriarcal griega, originalmente compuesta de tribus de nómadas ganaderos procedentes del norte, creó los dioses olímpicos de Grecia, suplantando la antigua religión matriarcal, y deliberadamente reinterpretó aquellos mitos anteriores, adaptándolos a sus nuevas creencias, del mismo modo en que el cristianismo reinterpretó la mitología pre-cristiana para integrarla a su doctrina. La diosa blanca marcó para Graves el final de una larga búsqueda. Ese antiguo rechazo del poder intuitivo, mágico y natural de lo femenino, todavía presente en nuestra sociedad patriarcal actual, fue para el poeta una clara e inequívoca explicación de los errores del comportamiento humano a través de nuestra historia. Tuvo dificultades en hallar un editor, pero T.S. Eliot, que era uno de los directores de la casa Faber, reconoció la importancia del libro y lo publicó en 1948; Faber’s lo ha mantenido en su catálogo desde entonces.
Beryl venia de una familia de abogados, y su padre, Sir Harry Pritchard, fué presidente de la Law Society. Ella estudió Filosofía, política y economía en Saint Anne’s College, de la Universidad de Oxford.
Sus primeros tres hijos, William (1940), Lucia (1934) y Juan (1944), nacieron aqui.
Desperté súbitamente de una larga hibernación
y me supe una vez más poeta
(Extracto de “Despertando en pleno invierno“, 1942)
Todos los santos la vilipendian, y todos los hombres sensatos
que se rigen por la regla de oro del dios Apolo —
despreciando a los cuales navegué en su busca
a lejanas regiones donde encontrarla sería más fácil
a la que deseábamos conocer más que todas las cosas:
la hermana del espejismo y del eco.
“In Dedication” (1948)